martes, 14 de octubre de 2014

NOA, NorOesteArgentino. La idiosincrasia de la Pachamama.

La boucle commença à Salta, petite ville sympathique. Nous n'avions encore aucune idée de ce qui nous attendait au Nord, bien plus au Nord. Un petit air de folklore envahissait les peñas de la Rue Balcarce. Beaucoup moins sensuelle -et sûrement plus allègre- que le traditionnel tango de Buenos Aires, ici on danse la 'chacarera', éloigné de son partenaire: c'est un petit ressenti de l'agréable discrétion qui caractérise la région. Mercedes Sosa adoucit les âmes de sa voix grave aux paroles judicieuses. Les empanadas salteñas à la viande ou à la quinoa emplissent les assiettes, les vins de la voisine Cafayate ou de Mendoza coulent à flot. Artisanat des Andes, découvertes archéologiques, héritages incas… A Salta, on se sent prêt à découvrir les mystères de la Quebrada de Humahuaca, à plonger et se laisser embrasser par la douceur de la Pachamama, à la frontière de la Bolivie et du Chili.

On l’appelle la Pachamama. Cette force qui envoûte. Cette nature qui protège. Cet équilibre entre l'homme et la terre. Un lieu où l’on se pose des questions, un endroit mystique où le vent parle et les pierres vibrent, où les arbres dansent et la terre dégage son arôme, où les couleurs changent constamment.
Un lieu où les personnes que l’on rencontre ont le don de mettre des mots aux sentiments qui paraissaient ineffables, aux questions qui semblaient sans réponse.  Un lieu où l’on partage des embrassades, des verres ou des pensées, sans rien attendre en échange. Un endroit où l’humanité retrouve son sens car on apprend à donner et recevoir, à prendre soin des autres et de soi même. 

La route vers la Quebrada est sinueuse et passe à travers des monts de couleurs rouges, ocres, roses, orangers- couleurs invraisemblables, qui se confondent et se complètent entre elles pour créer des mélanges jamais vus sur la palette d’un peintre. Le vide absolu. La solitude totale. Le silence complet.
L’arrivée se fait à Purmamarca, un tout petit village de terre rouge qui abrite le “Cerro de los 7 colores”, nom très peu genereux puisque ce mont en possède bien plus que sept. Le vent chaud souffle et soulève le sable, les sons des flûtes andines emplissent les âmes, les poètes récitent leurs oeuvres d’art sur la place principale.
La Quebrada de Humahuaca, c’est aussi et surtout se laisser aller. C’est arriver à Tilcara, le village suivant, pour prendre de l’essence, et décider d’y rester. C’est changer de programme tout le temps, à longueur de journée, au rythme du vent. Tilcara nous accueillit avec magie et mysticisme, dans les cabanes enchantées de Malka où nous nous sentîmes tout simplement très bien. Les rencontres à Tilcara avec des gens gentils et généreux furent importantes, les conversations toutes belles, les messages dureraient longtemps.
http://www.malkahostel.com.ar
Les cours de yoga, les ballades à la garganta del diablo, au cerro de los 7 colores, au village de Humahuaca, à las Salinas Grandes, rendraient nos journées poétiques, silencieuses et précieuses.
Tilcara fût se sentir beaucoup plus proche de soi, et à la foin si loin de celles que nous avions été. Tilcara fût se promener dans les instants avec nonchalance comme s'ils furent interminables. Vivre au rythme de son corps et de son âme. Plonger dans la sincérité des regards, des uns, des autres; de soi- Regards qui seraient un reflet de notre propre idiosyncrasie. 

Ce qui nous a plu: La ballade dans la région; aux salinas grandes, avec une ascension à 4200 mètres d’altitude, ce désert de sel où il n’y a personne, où on n’entend que le vent. Les empanadas de Quinoa. Les rues de Tilcara et le calme de leur énergie. 
Ce qui nous a le plus plu plu: sans aucun doute, les gens. Ces âmes perdues de Buenos aires venues chercher un peu plus de sentiment, venues ressentir les vibrations des pierres et écouter les secrets du vent. Cyniques, absurdes, décadents, sincères, poétiques et perturbés, quelquepart. Venus chercher la paix. Fernando, le propriétaire du restaurant Nuevo Progreso, artiste peintre, au sourire charmant, qui propose de très bons vins, prend soin de nous avec ses bons petits plats, et nous offre des phrases magiques qui resteraient gravées dans nos mémoires. Lucas, le masseur, qui rend avec sensibilité et douceur ce qu’il reçoit de ses clients, qui sait s’arrêter dans le présent plutôt que de regarder vers le futur. Paola, la prof de yoga. Teresa et Juan, les propiétaires des cabanes Malka. Wally, le poète de Cordoba qui récitait ses poèmes la bouche pleine de feuilles de coca. Bref; les conversations avec des inconnus où l’on ne se dit que des choses importantes. Tilcara: le patrimoine de notre humanité.
http://www.tripadvisor.com.ar/Restaurant_Review-g312817-d1631481-Reviews-El_Nuevo_Progreso_1917-Tilcara_Province_of_Jujuy_Northern_Argentina.html
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Todo empezó en Salta, ciudad de tamaño mediano, simpática- en la que aún no teníamos ni idea de lo que nos esperaría al norte, más al norte. Un airecito de folklore inundaba las peñas de la calle Balcarce. Mucho menos sensual -aunque más alegre- que el tradicional tango porteño, en el norte se baila la chacarera,  alejados de su compañero. Como una pequeña introducción a la discreción que caracteriza esta región. Mercedes Sosa calma las almas con su voz grave y sus sabias palabras. Las empanadas salteñas de carne o de quinoa llenan los platos, los vinos de las vecinas Cafayate y Mendoza alegran el corazón. Artesanía andina, descubrimientos arqueológicos, herencia inca… En Salta, uno se siente preparado para descubrir los misterios de la Quebrada de Humahuaca, para adentrarse y dejarse mimar por la Pachamama, en la frontera con Chile y Bolivia.

Se le llama la Pachamama. A esa fuerza que arropa. A esa naturaleza que protege. A ese equilibrio entre el hombre y la tierra. Un lugar místico donde el viento habla y las piedras vibran, donde los árboles danzan y la tierra desprende su aroma. Donde uno, al ver la naturaleza tan móvil y tan alerta, se contagia de puesta en duda, desde la calma y tranquilidad de los paisajes montañosos cuyos colores cambian cada hora.
Un lugar donde las personas con la que nos encontramos tuvieron el don de ponerle palabras a los sentimientos que parecían inefables, a las cuestiones que parecían sin respuesta. Un lugar donde se comparten abrazos, tragos y pensamientos, sin esperar nada a cambio. Un lugar donde la humanidad recobra sentido porque uno aprende a dar, recibir, mimar y dejarse mimar.

La carretera hacia la Quebrada de Humahuaca es tortuosa y pasa a través de montes de colores rojos, marrones, ocres y rosas- colores que se confunden y se completan entre sí para crear mezclas nunca vistas en la paleta de un pintor. Vacío absoluto. Soledad total. Silencio completo.
La llegada se hace al pueblito de Purmamarca, de tierra roja, que alberga el cierro de 7 colores. El viento cálido sopla, transportando la arena del suelo y el sonido de las flautas andinas. Los poetas se reúnen en la plaza principal para cantar sus obras, generosamente y con entrega.

La Quebrada de Humahuaca es también y sobre todo, dejarse llevar. Es llegar a Tilcara, el pueblo siguiente, para echar gasolina y decidir quedarse unos días. Es cambiar de planes constantemente, a lo largo del día, al ritmo del viento. Tilcara nos acogió con magia y misticismo en las cabañas encantadas de Malka, donde nos sentimos sencillamente bien. Los encuentros en Tilcara con gente buena y generosa fueron importantes, las conversaciones hermosas, y sus mensajes duraderos.
http://www.malkahostel.com.ar
Las clases de yoga, el paseo a la garganta del diablo, al cerro de 7 colores, al pueblo de humahuaca, a las salinas grandes, nos regalarían días poéticos y silenciosos.
Tilcara también fue sentirse mucho más cerca de uno mismo, y a la vez tan lejos de lo que habíamos sido. Fue pasearse por los instantes como si hubieran sido interminables. Vivir al ritmo de su cuerpo y de su alma. Adentrarse con sinceridad en las miradas de unos, de otros, de uno mismo. Miradas que reflejaban nuestra propia idiosincrasia.

Lo que nos gustó: Los paseos por la región, a las salinas grandes, un desierto de sal a más de 4200 metros de altitud, donde solo se escuchaba el viento. Las empanadas de quinoa. Las calles de Tilcara y su energía.
Pero lo que más nos gustó: sin duda, fue la gente. Las almas perdidas de Buenos Aires que habían acudido para buscar un poco de sentimiento, para sentir las vibraciones de las piedras y escuchar los secretos susurrados por el viento. Cínicos, absurdos, decadentes, sinceros, poéticos, incluso algo perturbados. En busca de paz.
Fernando, el propietario del Nuevo Progreso, artista de sonrisa encantandora, propone vinos excelentes, nos cuida con sus platillos, y nos regala frases mágicas cuyo eco se quedaría grabado en nuestras memorias. Lucas, el masajista, que devuelve con dulzura y sensibilidad lo que recibe de sus clientes, y que sabe pararse en el presente en lugar de mirar al futuro. Paola, la profesora de yoga. Teresa y Juan, los propietarios de las cabañas Malka. Wally, el poeta de Córdoba que recitaba sus poemas la boca llena de hojas de coca. 
http://www.tripadvisor.com.ar/Restaurant_Review-g312817-d1631481-Reviews-El_Nuevo_Progreso_1917-Tilcara_Province_of_Jujuy_Northern_Argentina.html
Conversaciones con desconocidos, donde solo se hablaba de cosas importantes..Tilcara, el patrimonio de nuestra humanidad. 
Salta la bella
© 2014. Julie Cayrol
Salta la bella
© 2014. Julie Cayrol
Peña en Salta la bella
© 2014. Julie Cayrol
Salta la bella
© 2014. Julie Cayrol
Salta la bella© 2014. Julie Cayrol
Salta la bella© 2014. Julie Cayrol
Salta la bella
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Camino a la Quebrada de Humahuaca
© 2014. Julie Cayrol
Purmamarca. © 2014. Julie Cayrol
Purmamarca. © 2014. Julie Cayrol
Purmamarca. © 2014. Julie Cayrol
Purmamarca. © 2014. Julie Cayrol
Tilcara. © 2014. Julie Cayrol

Tilcara. © 2014. Julie Cayrol 
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol

Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Cerro de 7 colores. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Camino a Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol

Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol 
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol 
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Salinas Grandes. © 2014. Julie Cayrol
Tilcara. © 2014. Julie Cayrol
Purmamarca © 2014. Julie Cayrol
Purmamarca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol




Humahuaca © 2014. Julie Cayrol

Humahuaca © 2014. Julie Cayrol

Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol 

Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol
Humahuaca © 2014. Julie Cayrol



No hay comentarios:

Publicar un comentario