viernes, 26 de septiembre de 2014

SALENTO, el eje cafetero

 Sin duda alguna, uno necesita descansar tras el trek de la Ciudad perdida. Elegí para ello, la zona del eje cafetero, y como estrella el pueblo de Salento. Mi plan era tomar café y descansar en la plaza del pueblo. Acabé haciendo eso mismo, y (más!) caminatas por el valle de cocora, paisaje que parece sacado de un sueño con su bosque de palmas de cera gigantes. Pueblito de montaña, Salento es tranquilo, seguro y muy lento. Los hombres llevan sombrero, juegan al billar y al tejo, y a las mujeres se les oye cantar desde la ventana, a la vez que pasan los caballos rumbo al valle. La mejor atracción es ver pasar a la gente en la calle real o en la plaza principal. Es de esos lugares que atrapan, y en los que uno podría quedarse días y días, conversando con la gente al ritmo del valle, dando paseos, preciosos y tomando cafés y tartas deliciosos. Los paisas, habitantes de alli, todavía son más amables que el resto de los colombianos si cabe, y con un acento y unas expresiones todavía más pegadizas. El hostal tralala me ofreció la comodidad que necesitaba después de mi aventura en la jungla, conocí a otros viajeros muy simpáticos, y el clima más templado y seco del eje cafetero me permitió enfriar el alma y secar la ropita al sol. Fueron unos lindos días de descanso.
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Après le trek de la ciudad perdida, il était absolument nécessaire de se reposer. J’ai donc choisi, pour ce faire, la zone du café ou eje cafetero, et le petit village de Salento. Mon idée originale était de me reposer et de boire du café. C’est tout à fait ce que j’y ai fait; mais en y ajoutant une petite marche en plus dans le Valle del Cocora, dont les paysages sont dignes d’un rêve, avec la forêt de palmiers de cire géants. Petit village de montagne, Salento est calme, sûr et tranquille. Les hommes à chapeau sur la tête jouent au billard et au tejo, quant aux femmes, on les entend chanter depuis les fenêtres des maison paisas, alors que passent les chevaux en trottant en direction du Valle. Le meilleur passe-temps est de voir les gens passer le long de la calle real ou la place principale. C’est un endroit qui absorbe, où l’on passerait facilement des jours et des jours à discuter avec les gens, à faire des ballades, à boire des cafés délicieux. Les paisas, habitants de la région sont encore plus gentils que dans le reste de la colombie, et leur accent caractéristique est encore plus chantant. L’hostal tralala m’a donné tout le confort dont j’avais besoin en sortant du trek, j’ai rencontre d’autres voyageurs charmants, et le climat sec et tempéré de la zone à culture de café m’a permis de refroidir mon âme encore émus et de faire sécher mes habits au soleil ! De très bonnes journées de détente à Salento.

©2014 Julie Cayrol. Vista desde Salento

©2014 Julie Cayrol.  Salento
©2014 Julie Cayrol. Calle Real, Salento
©2014 Julie Cayrol. Calle Real, Salento
©2014 Julie Cayrol. Plaza, Salento
©2014 Julie Cayrol. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora
©2014 Julie Cayrol. Bosque de Palmeras de Cera. Valle del Cocora

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