San Cristobal de Las Casas: belleza, misterio, revolución, fascinación, y otras tantas palabras para describir a este apasionante pueblo: caos, bullicio, resignación, misticismo....
Metido en el valle de una montaña, de aspecto colonial, con sus casas de colores y sus calles estrechas, sus caóticos aunque no tan ruidosos mercados, su imponente catedral, sus tranquilas plazas, sus inglesitas coloridas, su mezcla de gente -indígenas temerosos y desconfiados, y viajeros, muchos viajeros medio hippies perdidos en el espíritu revolucionario del zapatismo- le dan a este pueblo un ambiente cálido, relajado, animado, y muy especial.
Se respira el dolor de la historia, que se mezcla con la música que se escapa de los bares habituales - el Revolución y otros-. Los andadores turísticos, calles peatonales, repletos de gente venida de todo el mundo, disfraza de ocio la dura realidad de este pueblo tan emblemático de la región.
Artesanía por doquier, mucho café, y muchos colores, San Cris es un pueblo que absorbe y enamora a medida que pasan los días, cada vez que entrega tan generosamente sus atardeceres mágicos y cálidos.
San Juan Chamula, pueblito cerca de San Cristobal, se viste de aún más misterio. Pueblo callado, uno casi no se atreve a cortar esa atmósfera, por miedo a perturbar el silencio tan espiritual que rodea a los caciques reunidos en la plaza central. La iglesia principal, con sus tonos verdes alegres, ha transformado un centro cristiano a su propia creencia, desplazando al Cristo para dejar a San Juan en su lugar. Botellas de coca cola como ofrendas, y hojas de pino en vez de bancos, uno se pregunta qué tipo de sacrificios han debido de tener lugar en este espacio tan inquietante.
Zinacantán, quizás algo más simpático, nos permitió conocer a una familia dueña de un telar en su propia casa. La abuelita nos cocinó unas ricas tortillas de maíz azul, y pudimos desvalijar la tienda y salir con nuevas telas y prendas para la casa.
Pasear y descubrir, adentrarnos en San Cristobal, escuchar música en los centros sociales como El Paliacate, gozar de un buen café, un buen chocolate, o un buen mango con chile, descubrir las iglesias, respetar este silencio místico, esa introspección que revestía los mercados:
Durante vario días, no hicimos más que enamorarnos de San Cristobal, y seguir viviendo y amando Chiapas y su historia.
(Algunas muy bonitas fotos están tomadas por Reyes)
Metido en el valle de una montaña, de aspecto colonial, con sus casas de colores y sus calles estrechas, sus caóticos aunque no tan ruidosos mercados, su imponente catedral, sus tranquilas plazas, sus inglesitas coloridas, su mezcla de gente -indígenas temerosos y desconfiados, y viajeros, muchos viajeros medio hippies perdidos en el espíritu revolucionario del zapatismo- le dan a este pueblo un ambiente cálido, relajado, animado, y muy especial.
Se respira el dolor de la historia, que se mezcla con la música que se escapa de los bares habituales - el Revolución y otros-. Los andadores turísticos, calles peatonales, repletos de gente venida de todo el mundo, disfraza de ocio la dura realidad de este pueblo tan emblemático de la región.
Artesanía por doquier, mucho café, y muchos colores, San Cris es un pueblo que absorbe y enamora a medida que pasan los días, cada vez que entrega tan generosamente sus atardeceres mágicos y cálidos.
San Juan Chamula, pueblito cerca de San Cristobal, se viste de aún más misterio. Pueblo callado, uno casi no se atreve a cortar esa atmósfera, por miedo a perturbar el silencio tan espiritual que rodea a los caciques reunidos en la plaza central. La iglesia principal, con sus tonos verdes alegres, ha transformado un centro cristiano a su propia creencia, desplazando al Cristo para dejar a San Juan en su lugar. Botellas de coca cola como ofrendas, y hojas de pino en vez de bancos, uno se pregunta qué tipo de sacrificios han debido de tener lugar en este espacio tan inquietante.
Zinacantán, quizás algo más simpático, nos permitió conocer a una familia dueña de un telar en su propia casa. La abuelita nos cocinó unas ricas tortillas de maíz azul, y pudimos desvalijar la tienda y salir con nuevas telas y prendas para la casa.
Pasear y descubrir, adentrarnos en San Cristobal, escuchar música en los centros sociales como El Paliacate, gozar de un buen café, un buen chocolate, o un buen mango con chile, descubrir las iglesias, respetar este silencio místico, esa introspección que revestía los mercados:
Durante vario días, no hicimos más que enamorarnos de San Cristobal, y seguir viviendo y amando Chiapas y su historia.
(Algunas muy bonitas fotos están tomadas por Reyes)
San Cristobal, © 2014 Julie Cayrol |
San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Plaza Principal, San Cris © 2014 Julie Cayrol |
San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Catedral, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Foto hecha por Reyitas ! San Cristobal © 2014 Reyes Alvarez |
Foto hecha por Reyitas ! San Cristobal © 2014 Reyes Alvarez |
Foto hecha por Reyitas ! San Cristobal © 2014 Reyes Alvarez |
Calles peatonales, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Calles peatonales, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Hecha por Lenita, Iglesia en San Cris |
Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Reyes Alvarez |
Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Reyes Alvarez |
Vistas de San Cris © 2014 Julie Cayrol |
Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
La bella Lena Ascendiendo a la iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Iglesia, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Indígenas chiapanecas, San Cris© 2014 Julie Cayrol |
El curandero anunciando su producto, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Y el pueblo atento, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Plazita, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Plazita, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
© 2014 Reyes Alvarez |
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San Cris © 2014 Julie Cayrol |
San Cris, © 2014 Julie Cayrol |
San Cris, © 2014 Julie Cayrol |
Mercado, San Cris, © 2014 Julie Cayrol |
Mercado, San Cris, © 2014 Julie Cayrol |
Mercado, San Cris, © 2014 Julie Cayrol |
Preparando Coco, Mercado, San Cris © 2014 Julie Cayrol |
Coco, Mercado, San Cris © 2014 Julie Cayrol |
Otra iglesia, San Cris © 2014 Julie Cayrol |
Otra iglesia, San Cris © 2014 Reyes Alvarez |
Vistas de San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Abuelita rezando, iglesia, San Cris © 2014 Julie Cayrol |
Plaza principal, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
San Cris © 2014 Reyes Alavrez |
Indígenas chiapanecas, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Indígenas chiapanecas, San Cristobal, © 2014 Julie Cayrol
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Indígenas chiapanecas, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Indígenas chiapanecas, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Indígenas chiapanecas, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
Bar Revolución, San Cristobal © 2014 Julie Cayrol |
San Juan Chamula© 2014 Julie Cayrol |
San Juan Chamula © 2014 Reyes Alvarez |
San Juan Chamula © 2014 Reyes Alvarez |
San Juan Chamula © 2014 Julie Cayrol |
San Juan Chamula © 2014 Julie Cayrol |
San Juan Chamula © 2014 Julie Cayrol |
San Juan Chamula © 2014 Julie Cayrol |
Telar en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Telar en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Telar en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Haciendo tortillas, Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Haciendo tortillas, Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Telar en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Telar en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
Iglesia en Zinacantán © 2014 Julie Cayrol |
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