La Reconquista de la Quesadilla: Valladolid, Izamal. YU-CA-TAN, México. Julio 2014

Entrando a un pueblo:
- Señora, esto es Valladolid?
- No señorita, Valladolid es eso de allí, lo que pasa es que fue creciendo para acá
Pidiendo indicaciones:
- Oiga, la gasolinería dónde está?
- mmmh... Pues ... como le explico... Todo recto !
o bien:
- Dos cuadras señorita, y todo recto (siempre, siempre eran dos cuadras, y todo recto).
Le buscamos explicaciones a esto. Pensamos que quizás no hacían la diferencia entre izquierda y derecha. O simplemente no sabían expresarlo.
Yo prefiero pensar que los yucatecos, directos descendientes de los mayas, viven con este pensamiento mágico.

Por dentro de las tierras, sin contacto ya con el mar, Yucatán- península habitada antaño por los Mayas, selvática y húmeda, calurosa, segura, repleta de agujeros naturales (los cenotes), de ciudades mayas en ruina escondidas bajo montañas de vegetación- alberga un pueblo simpático, amable, genuino e ingenuo, acogedor, que en su mayoría vive en ciudades coloniales coloridas, o en pueblos escondidos entre dos trozos de carretera deshecha, decorada de carteles surrealistas que a uno le hacen entender la famosa frase de Dalí : "me voy de México porque no soporto estar en un país más surrealista que yo". Peculiares, contradictorios, orgullosos de su historia, tranquilos y fieles amantes del cacao y de su cocina tradicional, los yucatecos comparten con alegría sus tierras, explicando y reivindicando las épocas prehispánicas.

En coche emprendimos Sophie y yo, nuestro apasionante viaje por Yucatán.
De camino a Mérida, la elegante capital de Yucatán, o ciudad blanca, paramos primero por Valladolid la colorida e Izamal la misteriosa- ambos pueblos mágicos y coloniales de esta provincia.